El Dhammapada es una escritura sagrado budista atribuida a Buda que empieza diciendo :
“La mente precede a todo lo conocible, la mente lo gobierna y lo crea. Cuando uno actúa o habla con la mente corrupta, la insatisfacción causada por esto le sigue como rueda sigue a la pezuña del buey”.
Todo lo que nos rodea, nuestros sistemas políticos, nuestras costumbres, nuestras propias vidas han sido previamente un pensamiento de alguien que posteriormente se llevó a cabo en el universo, a cada cosa le precede un diseño mental, por eso es tan importante la salud de nuestras mentes y que el conocimiento que tengamos de cómo funcionan.
Técnicas como la meditación o descansar en el silencio entre respiraciones, para estar presentes en nuestras vidas el mayor número de veces al día, constituyen valiosas herramientas de observación que nos permiten conocer la locura que hay en nuestras mentes y sobre todo, nos hacen conscientes de que no somos los continuos pensamientos de nuestras mentes y que además, no tenemos que creerlos porque son sólo fruto de nuestra limitada experiencia.
Una vez leí esta frase :
“…estamos enfermos de nuestra limitada experiencia”,
Y no puede ser más cierto. Nuestras vidas se desarrollan en la inconsciencia y en la tensión y en tal estado, estamos dominados por nuestras mentes y en consecuencia, por nuestras limitadas memorias, y eso determina nuestras reacciones y nuestras reacciones determinan nuestras acciones y nuestras acciones determinan nuestras experiencias que van dejando una huella en nuestros cerebros, que se proyectara en futuros juicios, reacciones, acciones y experiencias, reforzando esas huellas o patrones mentales de nuevo, y así vivimos, en la inconsciencia de lo absurdo que nos lleva a repetir lo mismo de forma infinita, y encima somos tan estúpidos de creer que estamos eligiendo nuestras vidas.
“Somos lo que pensamos”
Eso dice el Dhammapada, y es que nuestras mentes construyen nuestro mundo.
No puedo estar más de acuerdo con Jorge García Montaño cuando dice, en su libro “Tesoros para el Corazón”:
“No es de extrañar que tengamos un mundo tan violento, desordenado y agresivo, dado el tipo de mentes que dominan la tierra. Una mente perturbada y afligida sólo es capaz de reflejar una realidad de la misma naturaleza”.
Por eso nos iría mejor, si los políticos del mundo optaran por controlar sus mentes antes de actuar, porque un mayor nivel de consciencia les permitiría participar en los asuntos públicos en pro del interés general y no en beneficio del interés propio para satisfacer sus egos, sus venganzas, odios, revanchas o intereses económicos personales, o con el ánimo de machacar al opositor o gobernante para simplemente quedar por encima porque eso, señores , además de muy perjudicial para nuestras sociedades es tan breve y tan fútil que sólo sirve para el regodeo personal durante unas horas. La política se ha convertido en una lucha de egos y ello nunca beneficiará a nadie.
Shantideva, un sabio budista, decía:
“Un elefante salvaje enloquecido no puede provocar tanto daño en este mundo como los sufrimientos de los infiernos más profundos causados por el elefante desbocado de nuestra mente”.
La conclusión es entonces, siguiendo a Shantideva , controlar ese elefante desbocado que es nuestra mente.
Controlar nuestras mentes es la única manera efectiva de elegir libremente cómo queremos vivir y qué mundo queremos, para nosotros y para las generaciones futuras.
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal
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