Ese futuro lejano pero tan cercano

“Pienso” en ese eterno futuro en el que continuamente “pienso” y nunca parece llegar, me pregunto el porqué de esta constante orientación mía hacia el eterno futuro que siempre me parece mejor que el instante presente.

Supongo que es una cuestión de poner atención a las pequeñas cosas de la vida. Y es que la vida, al fin y al cabo está hecha de pequeñas cosas, pero entonces ¿por qué mi empeño en mirar al futuro?, y no hablo de no tener metas, lo que es excitante y necesario, hablo del error de perderme los pequeños momentos de mi vida presente, embarcada en la esperanza de que mi vida será, “mejor” en el futuro.

La cuestión que me surge ahora es ¿cómo voy a tener una referencia para comparar (cuando llegue…que no llega nunca) si el futuro será mejor, si no me permito la atención en el instante presente?. ¿Cómo saber si el futuro, que sólo existe en mi cabeza,  será mejor que el presente que se me ofrece para ser vivido, si no lo estoy viviendo? 

Cada momento presente es significativo, de hecho, parafraseando a Elisabeth Kubler-Ross, en el instante presente están todas las posibilidades de felicidad y amor. “Todas las posibilidades”, eso es mucho, todas las posibilidades que no existen en mi mente por cierto, porque el futuro está en mi mente y en mi mente sólo hay memorias, y esas memorias no contemplan “todas las posibilidades”, sólo las pocas posibilidades vividas.

Lo que me llega a la siguiente reflexión:

Pienso que mi futuro será mejor que mi pasado y mi presente,

pero el futuro y el pasado no existen, sólo están en mi mente,

el futuro por tanto, está diseñado con lo que hay en mi mente, es decir, con mi pasado.

Entonces, si el futuro está hecho de mi pasado, ¿cómo podría ser mejor que éste?

¿No sería mejor dejarle tan magna tarea a la vida misma que ocurre en el presente?

Pero ¿Cómo hacerlo? Pues simple, “viviendo”, simplemente convirtiéndome en la vida misma, porque a vivir se aprende viviendo. Y cuanto más pienso menos vivo porque más futuro creo, y  más presión pongo en el momento presente. La vida ocurre en el presente, y si estoy aquí  y lo permito, puede fluir a través de mi para moverme hacia algo más grande, hacia algo nuevo, hacia mi plenitud dice el Tao Te Ching, hacia mi «completa felicidad» dice Un Curso de Milagros.  

El futuro no existe, y es una continuación del presente y la calidad del mismo por tanto, vendrá determinada por mi capacidad de presencia en el instante presente, es decir, por mi capacidad de vivir.

Decía la gran maestra Dipa Ma:

“Puedes vivir de tus memorias, o puedes vivir de la inspiración”, y la inspiración se encuentra, junto con todas las posibilidades de felicidad y amor, en el momento presente, justo donde ocurre la vida.

Pero eso lo decides tú. Tú decides y la vida asume tus elecciones.

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal