Marco Aurelio, Mary Oliver y mi práctica de yoga

Marco Aurelio, Mary Oliver y mi práctica de Yoga

Cuando te sumerges en las Meditaciones de Marco Aurelio, parece que es el mismo emperador que te está hablando, pero realmente no es así, Marco Aurelio escribe para sí,  se habla a sí mismo en un intento de recordar diariamente las verdades que deben dirigir su vida, él eligió ser filósofo, y ser filósofo en su época nada tenía que ver con conocer las obras filosóficas de la época y con impartir lecciones sobre ellas,  consistía en vivir como tal,  en llevar a su vida las lecciones aprendidas de sus numerosos maestros.

Sorprende de él la humildad que le llevaba a pronunciar la frase: “…voy a aprender lo que aún no sé”, cuando le preguntaba porque atendía lecciones de maestros de la época, siendo ya emperador y con edad avanzada.

Meditaciones de Marco Aurelio, a pesar de ser Occidental, o precisamente por ello, es uno de mis libros claves en mi estudio y práctica del Yoga, junto con el Bhagavad Gita, la Biblia y el Tao Te Ching.

Cuando me refiero a “mi práctica de Yoga”, no estoy hablando de estudiar filosofía, hacer Asanas y Pranayama o practicar la meditación (que también), estoy pensando en cómo llevo mi práctica a mi vida; cómo, cada día, intento elevar mi consciencia un poco más; cómo me esfuerzo en respirar conscientemente antes de tomar una decisión; cómo paro y busco la quietud cuando tengo miedo, para permitirme ver más allá de lo que hay en mi mente; cómo conscientemente suelto el control y dejo que la vida ocurra cuando no sé qué hacer; cómo dejo de pedirle a Dios que resuelva los problemas de mi vida y empiezo a pedirle que me haga más grande que ellos; cómo amo cada día más la vida y me atrevo a cogerle la mano, confiando que es mi mejor aliada; cómo entiendo que esta vida es un proceso de crecimiento que me lleva hacia mi máximo; cómo trabajo para permanecer presente el mayor número de veces al día; cómo he dejado de buscar maestros para convertirme en mejor estudiante; cómo procuro habitar mi cuerpo todas las veces que puedo al día para descubrir cuánta religiosidad hay en él y disfrutar al máximo de todas las experiencias que la vida me ofrece; cómo busco las mejores experiencias para mi Alma y cómo me siento todas las mañanas un ratito con ella; cómo me esfuerzo en recordar que soy espíritu que, como decía Marco Aurelio, como el viento, se expele cada vez para inspirarse de nuevo; cómo intento mirar a la gente sin imponerle mis historias personales para definirlas (en el entendimiento de que son otras almas que están aquí para hacer lo mismo que yo, crecer);  cómo intento no dejarme guiar por mi ego que lo ennegrece todo; cómo saboreo los pequeños momentos de la vida entendiéndolos como los más valiosos…y tantas otras cosas que me ha enseñado el Yoga.

O podría simplemente parafrasear a Mary Oliver:

“A veces solo necesito pararme donde estoy para sentirme bendecida” ,

o, una vez más, a Marco Aurelio:

«Cuando te levantas por la mañana, piensa en el precioso privilegio que es estar vivo: respirar, pensar, disfrutar, amar».

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal