Una habitación Sublime

Una habitación Sublime

En la vida, en cualquier situación puedes elegir MIEDO o AMOR.

Pero ¿qué significa eso? 

En mi experiencia personal, significa que puedo elegir ser controlada por mi mente, que me cuenta un montón e historias de terror sobre lo que va a pasar debido a esa situación y me dice lo desgraciada que soy y lo injusto que es el mundo conmigo, o puedo elegir respirar hacia mi cuerpo para habitarlo y venir al momento presente con todo el amor o presencia, que pueda ponerle. 

Y como hace falta tener una experiencia directa de las cosas para no simplemente contar las experiencias de otros, te cuento una historia, porque seguro que te identificas y descubres que has tenido muchas experiencias propias similares: 

Imagina que quieres hacer un viaje y crees que la mejor fecha para hacerlo son los meses de septiembre y octubre, porque no hay mucha gente viajando, los precios son mejores y tu trabajo es más flojo en esos meses. Has ahorrado todo el año y decides invertir más lo habitual porque quieres que sea un viaje especial. El hotel elegido es genial y has planeado muchas excursiones. Lo mejor es que has quedado allí con tu pareja, que trabaja en otro país y os veis poco, y vais a pasar unos días de ensueño. Todo apunta a que va a ser genial. 

Pues bien, el día del comienzo del viaje cuando llegas al lugar elegido, descubre que el hotel no es lo que parecía en la publicidad y la habitación parece barata y mediocre, además el aire acondicionado no funciona bien por lo que hace calor en la habitación, la playa tampoco es tan paradisiaca porque no está cuidada y hay demasiadas olas, para colmo, tu pareja te dice que se va a retrasar unos días porque le ha surgido un imprevisto en el trabajo y debe solucionarlo. Esta es la situación real, muy diferente a tus expectativas, 

Este ejemplo, cuenta una situación sin importancia, donde la salud no se ve comprometida, ni hay pérdidas personales, sin embargo, una situación como esta puede convertirse en un infierno si te quedas enredado en tus expectativas y pensamientos.

Siguiendo con el ejemplo, en tal situación (magnífica para practicar venir al «momento presente») la cuestión es cuanto amor puedo traer a ese momento y qué capacidad tengo de hacer de ese entorno un entorno amoroso, porque cuando estás en un entorno amoroso segregas dopamina, endorfinas, oxitocina y esa química de tu cuerpo te hace sentir muy bien y sumas salud.

El poeta Hafiz decía que: 

“Lo que hablamos se convierte en la casa en la que vivimos «. 

Tú eres quien decide qué idioma hablar en cualquier situación en la que estés y quien crea el entorno en el que te gustaría estar. Mi madre era capaz de crear “hogar” independientemente del sitio donde estábamos, al día de hoy se que esa «sensación de hogar» que ella creaba siempre, era el resultado de su inmensa atención y amor hacia nosotros, su absoluta «PRESENCIA» cuando estaba con nosotros.

Paradójicamente, en estas situaciones, llamémoslas, «jodidas», lo más fácil es elegir el camino de la menor resistencia, ya que a fin y al cabo, eres responsable de lo que ocurre en tu vida, porque seguramente estás pidiendo algo y necesitas aprender algo. Y es que de alguna manera cualquier situación de nuestra vida ha sido pedida por nuestra Alma para crecer. Si no, párate y observa lo que te pasa ahora, o lo que te ha ocurrido en el pasado y piensa si lo ocurrido no se relaciona con algo que querías y si no te ha hecho crecer.

Lo cierto es que el ejemplo de la playa es real y me ocurrió a mí, y fueron una vacaciones maravillosa, porque tras el enfado inicial, decidí poner en práctica tanta teoría, y llené mi momento de presencia. 

Empecé a reírme de mi estupidez y decidí simplemente deshacerme de lo aprendido y abrazar lo que se me ofrecía, porque al fin y al cabo quién determina qué es un buen hotel, si la playa está poco cuidada o es salvaje, si el calor es mejor que el frío o las posibilidades que me ofrecía estar varios días sola. Esos días buceé, corrí por la playa, visité islas increíbles, conocí gente fantástica y sostuve conversaciones largísimas, y vi muchas, muchas lunas. 

Cuando él llegó, mi entorno era muy muy amoroso y él le encantó el hotel, la playa y nunca se quejó del calor de la habitación. 

Y es que de ti depende el entorno que creas y si estás en una habitación mediocre o barata. Nosotros, estábamos en la habitación más sublime del hotel porque yo había sido capaz de elegir la frecuencia del amor y venir al momento presente de forma diferente, mirando mi situación como un entorno de amor, y ese era el poder del ahora. 

“El miedo es la habitación más barata de la casa. Me gustaría verte viviendo en mejores condiciones ”, decía, en su poema, Hafiz

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal