¿Y QUÉ TIPO DE YOGA ESCOJO?

Incontables tipos o enfoques de yoga y cientos de variaciones, que van en aumento y que abruman a quien decide iniciarse en esta práctica: Vinyasa Flow, Ashtanga, Power, Anusara,Hatha,  Kripalu, Yin, Nidra, Acro, Aéreo, Rocket…

Tantas opciones y no saber cuál puede ser la adecuada para ti, puede llevarte a elegir practicar solo el Hatha de siempre porque para ti “es el yoga de verdad”, a quedarte en la clase de Ashtanga porque fue el primer tipo de yoga que probaste y no te atreves a cambiar, a practicar solo Acro porque tú siempre has sido de hacer piruetas y además te gusta hacer amigos o, si eres de los osados, a probar todos los tipos de yoga que ofrece tu estudio y además, a practicar con cada uno de los profesores que allí enseñan.

Seas el tipo de alumno que seas, a lo mejor te interesa entender un poco más de qué van tantos enfoques de yoga, antes de decidir elegir el tuyo o los tuyos.

Personalmente creo que, como todo en la vida, lo interesante es experimentar al máximo y probar todo lo que te ofrezcan, para así quedarte con lo que mejor te vaya en cada momento.

En mi práctica, he pasado a lo largo de los años por una gran variedad de tipos de yoga y así, en mis inicios, comencé con Sivananda Yoga, que es un tipo de Hatha Yoga normalmente suave y, de hecho, mi primera formación fue con ellos. Debo decir que Sivananda es una organización seria y respetable, que me regaló un revolcón espiritual durante el Curso de Profesor de Yoga 200 hr que realicé con ellos, lo que me puso en el camino correcto en una época de mi vida en la que tenía grandes cuestiones por resolver. Me pasé años yendo a su Ashram de Nassau, en Las Bahamas, para completar mi formación y dejarme guiar por su sabiduría, a la vez que me bañaba en las aguas celestes del Caribe.

Con los años, el Ashtanga me sedujo por ser un estilo más físico y dinámico, y comencé a practicarlo tantas horas al día que empecé a notar cómo cambiaba mi musculatura para adaptarse a los saltos y a las rigurosas posturas que debía mantener durante las respiraciones.

Como mi mente es bastante occidental, con tendencia a la prisa y los cambios, y mis isquiotibiales y sóleos andan siempre algo tensos, por pasarme horas al ordenador y no bajarme de los tacones, opté por el Vinyasa Flow cuando comencé a frecuentar a los profesores americanos. Debo decir además, que durante mis años de Ashtanga, solía combinar ese enfoque con el Anusara, un tipo de yoga con una alineación muy específica y que me parecía muy adecuada para tenerla de base y evitar lesiones.

Con una profesora americana que conocí en Bruselas, durante mis años de trabajo en la Comisión Europea, y con el objetivo de afrontar jornadas de trabajo interminables y muy estresantes, empecé la práctica de Kundalini Yoga, y este tipo de yoga, a veces intenso, a veces suave, pero siempre acalorado, me llevó al silencio más profundo que nunca antes había experimentado.

Pero cualquiera que fuera el enfoque que eligiera cada vez, debo decir que hasta que no frecuenté la Meditación, ninguna de las prácticas físicas, en que se concreta cada enfoque de yoga de los que he nombrado,  me llevó a conectar con mi Esencia, mi Alma, mi Ser…como cada uno lo llame. La práctica física de las asanas reforzó mi concentración, me enseñó la importancia de la respiración, destensionó y tonificó mi cuerpo y me enseño a observar mi mente – como la actividad del cerebro que es-, preparándome para entrar en el Silencio y empezar a conocerme, pero eso sólo fue posible cuando empecé a practicar meditación.

Mi conclusión después de todos estos años es, que cada tipo de yoga tiene algo para ti y que, como hacían antiguamente y todavía hacen los auténticos Gurús del Yoga, se trata de quedarte con lo que mejor te vaya a ti de cada enfoque de los existentes. De esta forma, cualquier tipo de yoga puede ser bueno para ti, si te sirve y te lleva a prepararte para el SILENCIO, e incluyo aquí esos enfoques tan criticados hoy día, con el débil argumento de que “no son yoga”: Acroyoga, Yoga aéreo, Rocket, Power……

Y lo que no puedo dejar de enfatizar con todas mis fuerzas, es que la práctica de asanas es sólo la actividad física del Yoga, que te tonifica, a la vez que elimina la tensión de tu cuerpo, y te prepara por tanto para el SILENCIO. Pero si te quedas sólo en la práctica de asanas, sea cual sea el tipo que hayas elegido, y no practicas la MEDITACIÓN, entonces, NO estarás practicando YOGA.

GUIA PRÁCTICA PARA ELEGIR TU TIPO DE YOGA:

A continuación he preparado una pequeña guía Práctica por si te sirve para elegir tu tipo de yoga, tanto si te estás iniciando como si eres practicante asiduo y tienes curiosidad por probar otro enfoque

VINYASA FLOW:

Para todos los públicos, deriva del estilo tradicional Ashtanga, pero adaptado a las mentes y cuerpos occidentales. Cada clase es distinta y normalmente perseguirá un objetivo anatómico concreto.

Una clase de Vinyasa puede ser suave y silenciosa o atlética y física, y te llevará a descubrir que tu verdadero PODER es ilimitado. Puede que el profesor respete imparta su clase en silencio y sin música, para que escuches tu respiración, o puede que elija una música suave o mantras, pero también puede que escuches los últimos éxitos del momento durante la clase, o de los años 80 si te coge un profesor melancólico, en cualquier caso, un buen profesor te garantizará momentos de absoluto silencio a lo largo de tu práctica. Respecto a la actividad física, podrás descubrir momentos de suaves movimientos donde se unen las asanas para crear una coreografía, mientras tu conciencia del cuerpo y de la respiración te impulsaran a hacer lo que nunca creías; conseguirás concentración y espacio para estar contigo y disfrutarás de todo lo que puedes hacer con tu cuerpo y tu respiración. Puede que el profesor te lleve a mantener posturas y a controlar tu mente en esas situaciones en la que el cuerpo empieza a estresarse, pero lo que es seguro es que encontrarás momentos de absoluto silencio, donde podrás entrar en lo más profundo de tu Ser.

  ASHTANGA VINYASA: 

Dinámico y tradicional, la práctica puede ser suave o intensa y atlética, según lo que tú decidas, ya que el profesor te dará variaciones según te estés iniciando o dependiendo de la flexibilidad de tus articulaciones y de la elasticidad de tus músculos. Seguirás siempre la misma secuencia y mantendrás las asanas (posturas) durante varias respiraciones, por lo que puede ser muy meditativo. Encontrarás tu espacio propio para estar contigo y percibirte, y aprenderás a observar cualquier cosa que surja en ti. Retarás a tu cuerpo y a tu mente y seguro que  entrarás en calor.

POWER:

Físico y retante, es una práctica fluida donde tu corazón latirá mientras encuentras tu propio poder y fuerza. Las clases son vigorosas y tonificantes, además de divertidas. Te moverás muy rápido y trabajarás duro. No esperes mucho descanso y desde luego vas a sudar, pero soltarás tensión, tonificarás tus músculos y tu mente no tendrá tiempo para pensar. Descubrirás que física y mentalmente eres más fuerte de lo que pensabas y enfrentarás retos emocionales, pero lo pasarás bien seguro.

HATHA

Lento, silencioso y tradicional. Mantendrás las posturas durante la práctica y puede ser suave o puede retar tu cuerpo y fortalecerlo, si eliges un Hatha intenso. La intensidad depende del objetivo de la clase y sobre todo de ti, porque como siempre, tú decides cómo quieres hacer tu práctica. Elige Hatha suave, si quieres algo suave y lento y que te lleve hacia dentro, y Hatha Intenso, si quieres trabajar duro física, mental y espiritualmente.

YOGA NIDRA

Es el yoga de los sueños. Durante al menos 20 minutos relajaran tu cuerpo y calmarán tu mente, para bajar tus ondas cerebrales hasta un estado en el que el cuerpo se mantendrá dormido, mientras tu mente estará alerta.

Te descubrirá el escondido poder de tu mente subconsciente. El Yoga Nidra te llevará a un estado de relajación tal que estarás entre el sueño y la vigilia, pero sin dormirte, en el que tu mente consciente bajará la guardia para permitirte entrar a trabajar tu mente subconsciente y tu sistema de creencias, y conseguir tus objetivos, cambiar tu percepción de ti mismo o de las cosas y cambiar tu vida, porque “tu cuerpo es la mente subconsciente” (Candance Pert) y, si puedes cambiar tu mente subconsciente cambiarás tu cuerpo y tu realidad..

KUNDALINI

No realizarás muchas asanas, sino más bien Kriyas, que son movimientos conciliados con la respiración, que te llevarán a la ausencia de pensamientos. Dicen que es el yoga más poderoso que existe y se mantuvo oculto durante años con la finalidad de que no se degenerara su práctica. Absolutamente desintoxicante y liberador de estrés y tensión. Se trata de combinar movimientos con una respiración intensa llamada de fuego.

Moverás tu cuerpo en todas las direcciones posibles, y elevarás tu temperatura corporal. Limpiarás tus pulmones y liberarás mucha energía bloqueada. Llegarás a niveles muy profundos de tu mente y podrás trabajar en crear un nuevo yo, o simplemente quedarte en ese espacio de Silencio, donde mora tu sabiduría.

RESTAURATIVO:

Pausado y relajado pretende trabajar los tejidos más profundos de tu cuerpo y permitir que tu mente se asienta en un espacio de calma y relajación, donde te puedas encontrar contigo mismo. Se basa en estiramientos pasivos accesibles a todos, que se mantienen durante un rato para permitir que el modo parasimpático de tu sistema nervioso se active.

No te moverás demasiado,  ya que se trata de crear un espacio para nutrir y relajar tu cuerpo, liberándolo de tensión, calmar tu mente y cuidar de ti. Utilizarás cojines especiales, blocks (ladrillos de goma espuma o corcho), cinturones de yoga, para soportarte o ayudarte en la práctica, y mantendrás las posturas durante algunos minutos.

Elígelo si el estrés o tus emociones te tienen tensionado, si te estas recuperando de algo físico o emocional o has tenido una semanita de mucho estrés y quieres mucho, mucho silencio y soltar la tensión del hasta el último tejido conectivo de tu cuerpo. Llegarás a un estado de relajación muy restaurador y curativo. Tu objetivo: sentirte cómodo y bien, y recuperar tu propio bienestar.

YIN YOGA:

Es un tipo de yoga basado en mantener las posturas de 3 a 5 minutos de media. Pretende trabajar los tejidos más profundos de tus articulaciones y permitir que tu musculatura y tejidos conectivos adquieran su rango natural de movimiento, una vez eliminada la tensión. Además, si te lo propones, durante la práctica, tu mente conseguirá asentarse en espacio de calma y relajación, donde te puedas encontrar contigo mismo. Si tienes mucho estrés, o eres un deportista de los que exige demasiado a su cuerpo, el Yin Yoga te ayudará.

YOGA AÉREO, antigravedad, aeroyoga, Unnata, tiene muchos nombres, pero viene a ser lo mismo: Utiliza telas de licra-seda, o una especie de columpio, para ayudarte a desplegar tu cuerpo en el vacío, y realizar asanas de forma más fácil, al usar la gravedad para estirar músculos y tejidos conectivos, e incluso separar tus vertebras en algunas asanas. Si te atreves, te puedes divertir mucho y fortalecerás tu musculatura mientras te inventas asanas en el aire, pues es relativamente nuevo y cada día alguien se inventa una nueva postura en el aire.

Puedes permitirte rendirte a la gravedad y soltar el control, puedes elevarte al cielo y retar a tus creencias, puedes hacer que tu cuerpo elabore asanas inimaginadas.  Divertido y fortalecedor, conlleva una parte restaurativa. Podrás columpiarte, estirarte y soltar sin miedo porque el columpio te sostiene. Aumentará la circulación de la sangre con efecto rejuvenecedor.

YOGA PARA EMBARAZADAS

El cuerpo de la mujer contiene el conocimiento y la fuerza para traer a un niño al mundo, aunque a veces se nos olvida y nos entra el miedo. Si eres mujer y estás embarazada, el Yoga te ayudará a entrar en tu sistema de creencias para empoderarte y tomar conciencia de tu naturaleza de mujer, apartarte de tus miedos y disfrutar de este milagro que crece en tu cuerpo. Puede prevenir o aliviar en gran medida síntomas del embarazo, ya que los ejercicios de respiración están indicados para aliviar la fatiga, la tensión nerviosa,  eliminar toxina, centrar la mente y eliminar miedos y, las asanas, ayudan a mantener la higiene postural en un momento de muchos cambios físicos .

La práctica durante el embarazo, asegurará que tu bebé consiga el mayor espacio posible y propiciará un lugar de calma y relajación para favorecer la conexión madre e hijo, enseñándote herramientas para controlar la mente y fortalecer las zonas esenciales del cuerpo que trabajarán en tu parto.

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal