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Yo suelo descansar dos y, a veces, tres días a la semana, de mi práctica de Asanas de Yoga, pero ya nunca descanso de mi meditación.
Algunos le llaman “rezar” como Martin Luther King; otros, como Tony Robbins, “percibir la presencia de Dios”; también “fundirse en el Principio Primigenio”…o en Dios (como cada uno lo llame y sea lo que sea Dios para cada cual). A mi me gustan estas dos últimas porque me parece que me dan calidez y poder, y cada mañana, después de tomar mi café, me siento a meditar pensando en fundirme con el Príncipio Primigenio o Dios, y me esfuerzo en aprender a “cultivar mi soledad”, como lo llamaba como Meister Eckhart. Y escucho, atenta y amorosamente.
Corrie ten Boom recomendaba fijar una cita diaria con Dios, y es que “estar de rodillas”, decía, “es una situación de poder”.
Durante mi día , intento seguir escuchando. A veces las respuestas llegan tiempo después de la sentada de meditación.
Mi meditación diurna es elegir el camino de menos resistencia, y eso es lo más poderoso que he hecho nunca. Nada fácil, pero muy potente, y aprendes, y creces y eres direccionado.
Elegir el camino de menor resistencia es el camino de permitir que la vida sea lo que realmente es, sin aferrarse a nada y entregándose a las situaciones… Cuando consigo hacerlo… surgen respuestas, inspiracion o revelaciones espontáneas.
Y de eso, no quiero descansar ni siquiera un día a la semana.
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal