YO LO LLAMO DIOS

YO LO LLAMO DIOS

Es en la calma y el silencio cuando permitimos al ALMA hablarnos, a su ritmo, sin prisas y sin tiempo, y esperamos, sin esperar, sus respuestas, porque el alma responde a su tiempo, a destiempo y de la forma adecuada.

La pregunta que me hago diariamente cuando me siento en el silencio de mi meditación es ¿Qué me está diciendo mi Alma?

Los Yoguis dicen que el Alma está en el fondo del corazón, en un lugar en forma de cueva del tamaño de un dedo pulgar. Y es que el corazón es el origen de la vida y, en palabras de Neale Donald Walsh , es un  órgano VITAL y su latido es la propia Energía de la Vida.

Baptist de Pope dice que el corazón está impulsado por una energía invisible, la Energía del Universo, una fuerza que  impregna toda la materia que nos une, y que no hay nada en el Universo tan poderoso como esa energía llamada PRANA en el hinduismo, CHI en el taoísmo, RUAH en hebreo, o ENERGÍA VITAL en occidente.

Yo me pregunto si esa Energía del Universo es Dios.

En hebreo RUAH significa «Espíritu» o “Aliento Divino”, ese aliento que el hombre comparte con Dios mientras está vivo. Es curioso como la vida se desliza entre la contracción que implica la inspiración y la expansión que supone el espirar; es como volver al ALMA cada vez que inspiramos para alejarnos de ella cada vez que espiramos; como inspirar la vida para llenarnos de ella y luego soltarla pero sin dejarla del todo. Marco Aurelio decía que somos carne, razón y espíritu, y que el espíritu es viento que se expele cada vez para inspirarse de nuevo.  

Maya Angelou decía que Dios nos habla en el corazón y desde el corazón y Neale Donald Wlash que el corazón empieza a latir cuando Dios dice “Hola Aquí estoy”.

Y si la Inteligencia Divina está en el corazón, como dice Gary Zukav, ¿por qué buscamos siempre las respuestas en el intelecto?.

Y es que no hay duda de que es el corazón el que nos señala, siempre, la dirección a seguir, lo atendamos o no, y además lo sabemos con tanta certeza que cuando nos referimos a nosotros mismos en una conversación, nunca nos señalamos a la cabeza, sino directamente al corazón, porque es en el corazón donde reside el ALMA, ahí está nuestra verdadera Naturaleza, nuestra Esencia, en Yoga lo llaman Atman, yo lo llamo Dios.

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal