Los planes tienen una forma de caerse a la mitad…
Los planes tienen una forma de caerse a la mitad…
Que osadía creerse dueño de la vida, con la pretensión de vivir hasta la vejez y con el derecho a morir una vez vivida.
Que locura pensar que la vida se posee, cuando de nadie depende ni el amanecer de cada día, y qué estupidez el querer controlar el curso y la intensidad de la existencia, intentando elegir vivencias y resultados al antojo.
Todo este tiempo, me quedé instalada en la “seguridad” de lo que, sin pudor, me creí eterno, olvidando que la vida era un regalo, y que lo que se me ofrecía con ella, era la oportunidad de experimentar y vivir lo que me fuera llegando, sin opción a elegirla, sin oportunidad de controlarla, sin derecho a poseerla y sin necesidad de lucharla.
Y cuánto tiempo habré pasado discutiéndole a la vida sus propuestas y enfadándome en las esquinas de los sueños, mientras le daba la espalda a sus ofrendas, en el intento de mi ego de hacerse con la ella, para controlar lo incontrolable y salir vencido y agotado.
Tanto tiempo para descubrir, que no se puede perder el tiempo en planear, controlar, negar y luchar, sino que conviene abrirse para abrazar lo inesperado, aunque dudemos del color de lo que vemos, y rendirse a lo que acontezca a sabiendas de que la vida no se busca sino que se encuentra. Porque la vida es para vivirla poniendo la energía de cada emoción en el instante.
Y cuando la vida se cruza contigo con dureza, desafiando al ego y saliendo al paso de tus planes, de nada sirve ser osados y luchar lo inesperado, porque el desespero y la locura te llevarán directo al abismo, hundiéndote en la frustración y el agotamiento
Porque si algo he aprendido de vivir, es que la clave es soltar, y soltar, es ir más allá de la cárcel de la mente que nos encierra en paupérrimas perspectivas, para permitir que la vida se revele y descubrir el universo de posibilidades que existen en el momento presente. La clave de soltar es el desapego y abrazar lo que la vida nos ofrece, para seguidamente soltarlo. La clave de vivir es soltar y la clave de soltar es, simplemente vivir.
Nos pasamos la vida planeándola, con el afán de encorsetarla en nuestros anhelos, olvidando que nadie nos dio esa autoridad, y que no es la vida la que debe ajustarse a nuestros planes, sino más bien nosotros ajustarnos a sus impredecibles.
Porque como decía Borges, “…los planes tienen una forma de caerse a la mitad…”, que tal si simplemente abrimos el alma y nos permitimos abrazar lo inesperado, con la serenidad y la calma del que sabe que esta donde tiene que estar, y que un universo de opciones se abre ante nosotros cuando simplemente soltamos…
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal
OYOGA SEVILLA
Centro Integral de Yoga
* Fotografía Maria Eugenia