Una mirada más profunda a la vida te permite ver que ésta, te está guiando.
Sin embargo, muchos de nosotros necesitamos el sufrimiento para acceder a esa mirada más profunda.
El problema surge cuando elegimos no ir más profundo cuando la vida nos guía hacia ello, poniéndonos en situaciones difíciles como puede ser el cuidado de familiares enfermos, que puede llegar a ser muy duro, y privarnos de “tiempo para nosotros”, de energía… en definitiva, «desordenarnos la vida».
Últimamente tengo muchas personas alrededor cuidando de sus padres, y pongo aquí un ejemplo de sus comentarios:
Angel (nombre ficticio) : “ …ellos ya han vivido su vida, ahora me toca a mí…” .
Ana(nombre ficticio): “…esto va para largo, y yo los quiero mucho pero me limito a ir a verlos cuando me toca, no puedo con la situación, estoy perdiendo mi vida…”
Rafa (nombre real) :
“Sabía que mi madre se iba y, cuidarla fue una oportunidad genial para conocerme y practicar, con la persona que más me he querido, intentar ser mejor persona, valorar lo realmente importante y tratar de ver esas cosas que no tienes mucha oportunidad de ver en la vida diaria. Cuando llegan esos momentos en que tienes que ayudar a otros y estar ahí, no tienes una obligación, lo que tienes es una oportunidad genial en tu vida, de verdad Lourdes…”.
Fermín (nombre real):
“…Mi padre muy mal a nivel salud. Mucho dolor de él. Muchas complicaciones. Yo cada vez más fuerte, sin dormir en más de un mes. Y haciéndoselo bonito a él, con todos sus dolores. Lloro mucho, pero no de pena, sino de lo bonito que es y lo que estamos haciendo con tanto dolor. Y cómo nos conocemos de nuevo y nos amamos, papá y yo. Limpiar el culo es lo más bonito que he tenido en i vida, y cómo me mira…y me entrego….”
Pienso que nos hace falta traer consciencia a nuestras vidas para elegir bien cómo ver las cosas. No creo que la vida vaya de vivir cómodamente tumbados en nuestro sofá rodeado de nuestras pertenencias, o de no parar de hacer planes, para tener experiencias «chulas» para sentirnos vivos.
Joseph Campbell, que centró su vida y obra en “la compasión”, llegó a decir, cuando estaba cercano a la muerte, que lo que realmente busca el hombre, no es darle sentido a su vida, sino más bien «sentirse vivo».
La única forma de sentirse vivo, en experiencias «chulas» como en otras experiencias sugeridas por la vida como es cuidar de otros, es trayendo una condición de presencia que nos permita acercarnos a éstas situaciones desde el lugar donde nuestra humanidad se une con nuestra Divinidad, y que nos permite actuar con amabilidad, compasión y amor, entendiendo amor como el sentimiento de unidad con los otros, incluidos los que cuidamos, que seguramente nos cuidaron antes a nosotros.
Y eso requiere, pararse, visitarse, aprovechar el dolor y el sufrimiento para ir hacia dentro y estar atento, muy atento… de otro modo, perderemos nuestras Vidas …
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal