Hace cuatro años mi vida cambió radicalmente: a mi madre le fue detectada la enfermedad de Alzheimer, mi pareja de años decidió dejar la relación, me cesaron del puesto que ocupaba hacía años…en definitiva los mayores pilares en los que apoyaba mi vida se derrumbaron, todos a la vez. Hasta entonces, todo era “perfecto” y yo vivía altiva, en la osadía de creerme segura de que el mundo era mío y yo, todo lo podía.
La enfermedad de mi madre, y los acontecimientos que le siguieron, “me pusieron de rodillas”. Cuando la vida te pone de rodillas tienes dos opciones, abrir tu alma y pedir ayuda a algo superior a lo que crees ser, o cerrarte en tu oscuridad y dejar que tu ego tome el control, que era el gran error que había cometido siempre.
Durante el proceso que siguió a aquella noticia de la enfermedad, mi madre, para quien yo lo era todo, empezó a deteriorarse hasta el punto de que hoy ya no me recuerda, y apenas si me sonríe levemente alguna vez, posiblemente creyéndome algo cercano. Hace unos meses, a mi padre le detectaron un cáncer. Parecía que la vida seguía empujándome, sin darme tregua, a quedarme en mis rodillas. Recuerdo muchas veces a Marianne Williamson que en su libro Volver al Amor, dice algo así como: ¿qué tal si me quedo aquí, de rodillas, para siempre?. Estar de rodillas es una situación de poder, si permites que la vida te abra por dentro para llegar directamente a tu Ser. Y ahí estoy yo últimamente, de rodillas, siempre de rodillas.
Todo este tiempo me he cobijado en libros, charlas, yoga, silencio, meditación, deporte….para descubrir que cuando algo nos pone de rodillas, significa que nos está frenando. Nos frena la vida en forma de situaciones que nos disgustan, como si un “Ángel atípico” se nos presentara con la misión de enseñarnos algo valioso. Como aquel Ángel que luchó con Jacob durante toda una noche y al que Jacob no dejó ir hasta que le bendijera, y cuya escena, Rembrandt, Delacroix y Moreau, inmortalizaron en sus pinturas.
La vida se convierte en lo que necesitas, para empujarte a Ser Más. Y, como me dijo una vez una de mis maestras, cuando un “Ángel atípico” aparece en tu vida y lo que te trae no te gusta y no tiene sentido, te obliga a poner atención y detenerte, y te clava al momento presente, y cambia tu dirección para apuntarte directamente hacia “Ti”, y es entonces cuando nos toca elegir entre ser Víctima de la situación o salir Bendecidos por ese Ángel atípico con el que intentamos luchar, que es en definitiva la vida.
Todo este tiempo empezó como una tormenta en medio de la cual yo no sabía caminar y me preguntaba ¿Para que me trae esto la vida a mí?. Al día de hoy tengo claro que la vida te va trayendo “Ángeles atípicos”, en forma de situaciones difíciles, para elevar tu nivel de conciencia. La vida te va llevando directamente hacia ti, hacia quien ERES realmente, hacia tu propia perfección, pero tienes que estar alerta, tu conciencia tiene que expandirse tanto como para darte cuenta de que ese Ángel atípico, te trae justo lo que necesitas.
La vida se convierte en lo que necesitas para sanar y sanar es descubrir tu poder, percibir el alma y permitir que ésta empiece a reflejarse en tu ser. Sanar es descubrir que, más allá de los libros, las charlas, el yoga, los silencios…la luz eres Tú.
Sanar es expandir tanto tu nivel de conciencia, que tu perspectiva sea tan amplia como el cielo, y eso es ser más de lo que habías sido hasta ahora, y ser más te da la posibilidad de pedirle a la vida más. Porque al día de hoy sé que, cuando quieres más en tu vida, no lo conseguirás hasta que tú no seas Más.
Ser Más, elevar tu nivel de conciencia, expandirla, cambiar tu perspectiva, tomar decisiones diferentes, tener realidades diferentes. Dice Un Curso de Milagros que un milagro es sólo un cambio de perspectiva, y la perspectiva la determina el nivel de conciencia.
El Bhagavad Gita, ese poema épico que refleja la conversación entre Dios y el hombre, tiene un mensaje claro y único: en los momentos en los que la vida te pone de rodillas, sé tu Ser Superior, Sé lo máximo, eleva tu nivel de conciencia todo lo posible y entonces, decide. Solo nos permitimos buscar ese máximo cuando la vida nos golpea, por eso estar de rodillas es un estado de poder, porque te lleva directo a la sabiduría de la quietud, para escuchar la suave voz de tu alma. Un instante de calma para ir a casa, dice Un Curso de Milagros.
Pero elevar el nivel de conciencia requiere frecuentar el silencio, y conviene citarse diariamente con él, para así percibir el alma, para así Ser tu Máximo.
Esos Ángeles atípicos que me han visitado estos años, me llevaron directamente hacia mí, elevando mi nivel de conciencia, y permitiéndome ser Más, y porque hoy soy más, me puedo permitir pedirle a la vida más.
Y termino con esta inspiradora frase de Corrie Ten Boom:
“No reces cuando tengas ganas. Fija una cita con el señor cada día y mantenla. Un hombre es poderoso cuando está de rodillas”.
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal
500 hr Yoga Medicine Teacher
Fundadora de Oyoga