«La vida está a salvo»

Dice Mary Oliver en uno de sus poemas que diez veces al día le pasa algo así como un fuerte latido de asombro, algo bueno, dulce, empático y un oleaje…

Luego concluye que “el alma existe y se construye enteramente a partir de la atención “.

Yo descubrí, a causa de interminables años de estudio y más tiempo de práctica que la atención es un aspecto de la “Conciencia” y no de la mente.

Que la mente percibe y usa su archivo de memorias para interpretar, pero que cuando se trata de poner atención en algo, es la Conciencia quien lo hace. No hay otra posibilidad.

Y la Conciencia es el Alma, y es el Alma el que se deslumbra en el asombro sin conceptos durante unos instantes cada vez que el mundo enseña su inmensidad y tú estás lo suficientemente presente o despierto para poner atención en lo ofrecido.

Pero dura tan poco ese «estar despierto»… porque rápidamente la mente quiere demostrar que todo lo sabe y te encorseta el asombro en sus viejos conceptos aprendidos y, entonces, el «instante» se empequeñece con expresiones como “ qué maravilla!» , «Qué bonito» «Wow» , » brutal!» , «maravilloso “, «fascinante», «Esto es increíble»»…. y yo me lo creo todo y creo que estoy definiendo la grandeza, pero eso… no es grande.

Lo grande era el asombro que la atención de mi alma había captado unos instantes antes… unos instantes de grandeza, unos instantes de estar despierta.

Y es que como decía el filósofo y poeta Abhinavagupta, algunos de cuyos textos he comenzado a estudiar este año, la falta de atención es un desperdicio de la vida humana, estás desperdiciando oportunidades y una vez que pierdas un momento de la vida, no lo vuelves a recuperar.

Curioso que Séneca advirtiera lo mismo en su ensayo «Sobre la Brevedad de la vida» , donde afirmaba » la vida está a salvo» cuando te cuidas de estar presente.

Y es que estar presente es estar atento, y esa atención es una cualidad del Alma, y dicen que despertar es estar atento «de forma continuada» y supongo que será entonces, cuando lo consigamos, que nuestras vidas estarán a salvo.

Hasta la próxima,

Lourdes Vidal