Buscando “Extraordinarios”
Se lo oí tantas veces a Stella Maris Maruso, autora de “Laboratorio del Alma”:
“ En la vida, hay que convertir lo ordinario en extraordinario”
Luego se lo leí a Eckhart Tolle, y lo volví a escuchar y a leer algunas veces más, pero ya no recuerdo a quien.
Yo, me lo repito a diario y sobretodo, cuando tengo la vida en vilo porque la rutina me lleva al tedio y todo lo de afuera se me vuelve ajeno.
Cuando eso me ocurre, me recuerdo que merezco frecuentar “lo extraordinario”, aunque sólo sea un rato cada día, para así alimentar el alma y permitirme la sonrisa. Y así, decido dejar de esperar que suceda lo imposible y escudriño entre lo que me ofrece la vida para buscar “extraordinarios”. Porque convertir lo ordinario en extraordinario, sorprende el aburrimiento, entusiasma la vida y transforma el cuerpo, y así respirar, hablar, oler, abrazar o caminar, recuperan la categoría de milagro.
Pero hay tantas más cosas que convertir…, porque la vida está llena de “extraordinarios”, y cuando se empiezan a buscar siempre se encuentran, y al encontrarlos, la oscuridad desaparece y la vida te sorprende con lo inesperado. Así que, cada cual que busque sus “extraordinarios”, porque la vida los trae a montones y yo ya encontré los míos: estar dentro del mar cuantas veces pueda, conseguir más noches con estrellas, disfrutar de los helados de chocolate, acumular meses de mayo, las sonrisas de Carlitos, el olor de mi madre y los ojos que me regala mi padre, el recuerdo de quien amé y la opera de Maria Callas…
Pero para conseguir “extraordinarios” se requiere desafiar la prisa y hacerse de la concentración de los niños cuando juegan, porque sólo desde la consciencia que otorga la calma se les encuentra y se les aprecia.
Y no es que descubrirlos sea difícil, es solo que a los “extraordinarios” no se les reconoce en la urgencia, ni tampoco se pueden guardar para luego. Acumular “extraordinarios” exige vivir en el valioso espacio del momento presente y dejarse envolver por lo que está ocurriendo en el ahora.
Y ahí me paso yo la vida, buscando a diario mis “extraordinarios” y dejándome estremecer por lo insólito de lo que hasta entonces creía ordinario…
Hasta la próxima,
Lourdes Vidal
